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Argentina - Marruecos, la final del Mundial: el sub 20 va por la gloria y el regalo para las madres

Es por ellos, y también por ellas. Por los chicos y por las que siempre estuvieron, y por las que siempre están. Las que los acompañaron bajo la lluvia, el frío o el sol fuerte, viajando en col...

Es por ellos, y también por ellas. Por los chicos y por las que siempre estuvieron, y por las que siempre están. Las que los acompañaron bajo la lluvia, el frío o el sol fuerte, viajando en colectivo, a veces comiendo encima del asiento. Por las que organizaron rifas o vendieron tortas y pastafrolas en los clubes para comprar botines, camisetas y trofeos; las que pagaron los viajes a otras provincias sin saber qué les depararía el futuro, simplemente para verlos disfrutar. Por las que durmieron en un micro, faltaron al trabajo, dejaron a algún hermanito al cuidado de un familiar, y las que madrugaron sin quejarse. Por los mensajes después de cada partido y los horarios que se ajustaban a cualquier necesidad. Por el sacrificio. Por todo eso, y por el orgullo de vestir la camiseta argentina, este domingo los chicos de la selección sub 20 intentarán darles a sus mamás y al país una satisfacción única: conquistar la Copa del Mundo, en Chile.

Gran parte de lo que lograron hasta ahora se debe a ese trabajo silencioso. Al esfuerzo propio y al de sus familiares. Por ese acompañamiento constante, que nunca falta en los buenos momentos ni en los malos. Algunas madres viajaron al otro lado de los Andes y mirarán el partido en una tribuna; otras se quedaron en casa siguiendo el Mundial por televisión. “El título sería el mejor regalo que pueden hacernos”, coinciden ellas, también protagonistas, a su modo, aunque el orgullo va mucho más allá de cualquier resultado.

El equipo dirigido por Diego Placente deslumbró a todos a lo largo del certamen: es la única selección que ganó todos sus partidos y mostró el mejor nivel del torneo, pese a algunos tramos complicados frente a Italia y Colombia, dos rivales de peso. Ahora se enfrentará con Marruecos, que irá por su primer título de campeón en la categoría (Argentina es la máxima ganadora, con seis) pero que ya mostró ser un rival difícil: rápido, fuerte físicamente y compuesto por varios jugadores que actúan en Europa.

Es hora de recoger los frutos. Los futbolistas mostraron estar a la altura, y el trofeo sigue siendo el gran objetivo. Apenas 90 minutos los separan de una conquistas, mientras sus familiares los apoyarán desde las gradas: madres, padres, novias, hermanos. El aliento se hará sentir en el Estadio Nacional de Santiago, donde los chilenos, eliminados en los octavos de final, dejaron en claro su simpatía por todos los rivales de Argentina, cualesquiera sean.

Desde el comienzo del Mundial, Silvina y Valeria están en Chile compartiendo la experiencia, ya que sus hijos, Valentino Acuña y Santino Barbi, pertenecen a una misma agencia de representantes. Para ellas, este momento quedará guardado para siempre. “Cada paso que da Santi es un regalo para mí”, cuenta Silvina sobre el arquero, “porque sé cuánto amor y cuánto esfuerzo hay detrás. Es una bendición acompañarlo en esta final. Es enorme, lo amo con todo mi corazón. Es un ejemplo de disciplina, paciencia y perseverancia. Voy a alentarlo como su hincha número uno y confío mucho en él, y en que el Señor guíe siempre a mi hijo”.

Barbi, que no recibió goles en los últimos cuatro partidos (Italia, Nigeria, México y Colombia), nació en El Tío, Córdoba, un pueblo de 2300 habitantes ubicado a 150 kilómetros de la capital. Comenzó en las divisiones inferiores de Rafaela, pero la pensión se cerró por la pandemia y, aunque él podía vivir en un departamento, su familia decidió que volviera a casa. Finalmente, Santino envió un video de sus atajadas a Talleres, de Córdoba, que lo miró. Y hoy es el tercer arquero de la T y titular en la selección sub 20.

“Será un Día de la Madre especial. Estar acompañando a Valen cuando juega una final del mundo no es cosa de todos los días. Siento orgullo, emoción, nostalgia. Una mezcla de sentimientos inexplicables al recordar tantos momentos compartidos: risas, llantos, broncas y enseñanzas que hoy le permiten estar acá, defendiendo la celeste y blanca. Voy a seguirlo desde ‘atrás del alambrado’, como le decía cuando era chiquito”, se emociona la mamá de Acuña, el volante de Newell’s que a los 7 años interpretó a Lionel Messi en la película de Alex de la Iglesia y cumple un papel preponderante en el mediocampo del seleccionado.

Capitaneado por Julio Soler, defensor lateral izquierdo del inglés Bournemouth, el equipo argentino encontró rápidamente su identidad, pese a no contar con figuras de renombre, como Franco Mastantuono, Claudio Echeverri, Aaron Anselmino, Santiago Hidalgo –no cedidos por sus clubes– y Agustín Ruberto, el 9 de River que sufrió una rotura de ligamentos en una rodilla durante el Sudamericano y no llegó en forma para el Mundial.

La selección mostró solidez en el fondo, entrega y buen pie en el medio, y una delantera fulminante, con puntos altos en Maher Carrizo, Alejo Sarco y Gianluca Prestianni, que ingresó en el cuarto de final por la lesión de Álvaro Montoro y aportó frescura y dinámica en ataque. “Estamos en familia acompañando a Julito. Dios quiera levante la copa y celebramos todos juntos en el Día de la Madre”, desea Jorgelina. Ella nació en Paraguay, y si bien Soler fue tentado varias veces para las juveniles albirrojas, optó por las argentinas, que integró en la sub 17, la sub 20 y la sub 23, además de la mayor ya.

Sarco es el mayor goleador argentino, con cuatro tantos, y con un gol más se convertiría en candidato al Botín de Oro, al alcanzar la línea del estadounidense Benjamin Cresmaschi, el colombiano Neyser Villarreal y el francés Lucas Michal. Carina, su mamá, lo siguió desde el debut. “Nunca imaginé que mi hijo fuera a regalarme la final de un Mundial en el Día de la Madre. Va a ser un día estupendo. Espero que disfrute este momento único. No tengo cábalas, pero pasaré por alguna iglesia a rezar. Con que juegue esta final, ya siento que tengo el regalo más grande”, relata emocionada.

La ilusión crece con el retorno de Maher Carrizo, que reaparecerá en la final tras su ausencia frente a Colombia por acumulación de tarjetas. El hijo de Cristina es, a la par de Dylan Gorosito, uno de los dos jugadores que más goles propiciaron: acumula tres tantos y una asistencia. Y este domingo volverá a jugar desde el comienzo, para aportar velocidad y desequilibrio por fuera.

“Los chicos mostraron que los sueños se cumplen cuando se los persigue con pasión. Esto no es casualidad: es el resultado de todo el esfuerzo, la disciplina y el corazón que pusieron en cada entrenamiento y en cada partido. Ahora tienen una última oportunidad de dejarlo todo y jugar como saben hacerlo: con garra, con compañerismo y con alegría. Ganar sería el mejor regalo para todas las madres que los acompañamos desde siempre; las que los alentamos, los esperamos y creemos en cada paso del camino. Pero pase lo que pase, ellos ya hicieron historia”, resume Cristina.

Con los chicos en la cancha, los familiares en las tribunas y un país detrás, la selección va por un trofeo que premie el esfuerzo y la dedicación de tantos años. Para toda la Argentina, el regalo de mamá.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/argentina-marruecos-la-final-del-mundial-el-sub-20-va-por-la-gloria-y-el-regalo-para-las-madres-nid19102025/

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