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Celeste Cid: “Una cree que está deconstruida, pero es difícil cambiar el chip de las cosas más tradicionales”

Lejos quedaron los recordados tiempos de Chiquititas y Verano del 98, que la convirtieron en una de las actrices juveniles más populares de la televisión. Con los años, su carrera se fue nutrien...

Lejos quedaron los recordados tiempos de Chiquititas y Verano del 98, que la convirtieron en una de las actrices juveniles más populares de la televisión. Con los años, su carrera se fue nutriendo de otras inquietudes, incorporó diversas facetas, renovadas búsquedas personales y profesionales, sumó una capa tras otra dentro de sí misma, a la manera de una muñeca rusa. Hoy, Celeste Cid es una artista completa y versátil, que se le atrevió a la dirección, a la literatura y a generar sus propios proyectos.

-Arrancaste muy chiquita en la actuación. ¿Ya tenías asumida tu vocación o en ese entonces fue algo más intuitivo?

-Yo creo que fue bastante intuitivo, porque si a los cuarenta y pico no tenés las cosas tan claras, a los 13 años, la edad en que yo empecé, mucho menos. Pero también creo que fui aprendiendo a amar al trabajo mientras lo hacía. Yo no tenía experiencia previa en estudiar teatro o lo que fuera. En mi habitación yo jugaba todo el tiempo, como si me estuvieran grabando, hasta que mi mamá me llamaba y yo bajaba a la realidad, pero luego tenía que repetir la escena, porque me había interrumpido.

-O sea que ya eras, de manera innata, una actriz.

-Yo creo que hay algo de la niñez que es eso. A veces algunos seguimos de largo y otros después van por otro lado, pero la creatividad es algo implícito en los niños, es el lugar más vital de todos, sin dudas.

-Papá X Dos es tu más reciente película, que te tiene como protagonista junto con Benjamín Vicuña y Lucas Akoskin, habla de los nuevos modelos familiares, nuevas formas de familia. ¿Cómo encaraste este personaje?

-Es un personaje que el punto de partida es que está embarazada en pareja con un chico. En el lapso en donde se dejaron de ver quedó embarazada de su ex. Entonces ahí empieza un poco el desafío. Lo hablamos sobre todo con Benjamín Vicuña, que mi personaje sea querible, tierno. Fue descubrirlo también, trabajar sobre mi mirada, sobre un montón de cosas que yo creo que estoy deconstruida, pero hay lugares en donde en realidad te das cuenta de que es difícil cambiar el chip de las cosas más tradicionales, del amor de pareja que uno anhela construir con el tiempo, con los años. Entonces es entrar en esas deconstrucciones de cada uno.

-Imagino que una actriz asume ciertos riesgos al encarar personajes complejos ¿Cómo te llevás con el riesgo?

-Hay una incomodidad al salir de ese lugar donde una más o menos se siente cómoda. Pero bueno, con el oficio fui aprendiendo determinadas cuestiones. Yo necesito salir de ese espacio de confort. Yo soy muy inquieta, muy curiosa, y estoy empezando a generar un proyecto propio, es muy inminente, empezando a pensar la idea de una serie que la voy a actuar, que la voy a escribir. Entonces ahí hay riesgo, sí.

-¿De qué manera pensás que está desconstruido el hombre en Papá X Dos, que tiene que adaptarse a una situación que no es muy común?

-El personaje de Benja hace ese recorrido, es un chico muy estructurado, con su idea de familia, y cuando viene esta chica y le plantea lo que le pasa comienza un proceso que son esos sacudones para que las cosas también se transformen, y eso está bueno. Este es un lindo momento para hablar de las nuevas posibilidades que nos trae la modernidad.

-¿Sentís que la sociedad argentina está reflejada con lo pasa en la película o aún no se deconstruyó del todo?

-Creo que hay algo de lo de lo viejo que todavía tiene mucho peso, en muchos aspectos. Y también creo que hay una invitación a ver las cosas desde otras perspectivas. Lo veo en el cole de mis hijos. Sucede, no son casos tan extraordinarios. O sea, celebro que todo esto se pueda mencionar, que seamos más receptivos. Celebro mucho lo distinto, me parece que ahí está la base de todo.

-La película habla mucho de la maternidad, y leí algo muy lindo con respecto a André, tu hijo más grande, al que le dedicaste un mensaje que decía que lo primero que habías conocido de él había sido una luz, como que te había iluminado a seguir despertando. ¿De qué manera te despertó la maternidad?

-Lo de la luz no es metafórico. Estábamos con Emma , durmiendo, y en el medio de la noche, de la oscuridad, yo siento una luz, como algo blanco que se viene, que se ve. Y Emma lo mismo en el mismo momento. Y bueno, enseguida ya supe que estaba embarazada de André. Hay algo de la maternidad que es que estamos en función del otro todo el tiempo, es una buena obligación. Y siento que también es aprender a mirarnos a nosotras mismas. Hay algo ahí de ver crecer a esa persona que se está conformando y todo lo que uno le traduce. Es un trabajo de mucha autoobservación, de mucho crecimiento para mí, y además fui mamá muy chiquita, a los 19, así que un poco crecimos, crecemos juntos. Mi rol de mamá es muy importante, te diría que es lo más importante de mi vida.

-¿Cómo fue el proceso de tu libro Intimidad, que escribiste a los 25 años, con el que luego te reencontraste y lo editaste recién el año pasado ¿Cómo fue encontrarte con esa voz de aquel momento?

-Ese libro, sí, lo escribí cuando tenía 25 y había editado un ejemplar y un amigo lo guardó en su biblioteca. Y siempre me decía que lo tenía que publicar y para mí era un hecho muy íntimo. Era algo muy de mí, de mi espacio vital. Entonces no tenía ganas, no sé, no me lo imaginaba. Y con la pandemia lo retomé, y también supongo que algo de cierta cosa que la pandemia nos trajo, como esta idea de la muerte tan cercana y del volver a revisarse y del deseo personal, todos temas que me interpelaban en ese momento, más el clima colectivo que había, dije, bueno, este libro tiene algo que hoy resuena, ¿no? Y después el proceso que tuve que hacer un poco fue sacarle la parte más personal. Es una ficción, es un libro de poesía.

-Siempre estuviste relacionada con la escritura, porque tu papá y tu abuelo eran imprenteros. Cuando publicaste el libro, tu papá enfermó y falleció. Eso de sentir el olor a tinta de chica quizás te haya llevado a la escritura, ¿verdad?

-Sí, sí, tal cual. Mi papá fue una figura muy grande en mi familia y cuesta acomodarse a los duelos. Son difíciles. Te diría que el año pasado fue un sacudón de los pocos que tuve así, tan intensos. Y siento que el libro es como un homenaje de algún modo. Mi papá fue el pilar, la estructura de la familia. Mi papá también empezó a trabajar a los 13, yo me enteré de grande y dije, mirá como una repite ciertas cosas, sin saberlo, como una es fiel a la familia.

-En tu carrera protagonizaste proyectos muy exitosos, como Resistiré, en donde también eras muy chica. ¿Alguna vez te mareó el éxito?

-Lo que pensás a los 19 no es lo mismo que a los 25 y después a los 40. Hoy, el éxito para mí es llegar a mi casa, estar con mis olorcitos, mis cosas, mis libros, mis cuadros, mis hijos, el mundo de una. Y a esa edad, impulsada seguramente por una idea exitista del entorno, yo me sentía revacía. Empezás a ver cómo el alrededor se transforma y vos sos la misma persona, solo que atravesada por una circunstancia extraordinaria. Entonces, sí, fue como bastante fuerte. De hecho, yo terminé ese programa, del que no reniego, y me fui a hacer una tragedia del siglo quinto antes de Cristo.

-Alguna vez dijiste que eras como una actriz rara, porque mientras todos tus colegas trabajaban vos optabas por estar tranquila, en calma, aislarte. ¿Sentís que eso se diluyó, que no necesitás más ese aislamiento y que pudiste encontrar la forma de estar en el mundo?

-Me hago cargo de mis particularidades. No me parece tan raro tampoco, porque si estás en un lugar con tanta gente, tantos estímulos, en alguna situación necesitás estar un poquito más retirado, porque tu sistema nervioso está acelerado o porque hay algo de grabar tiras, 25 escenas por día, literalmente, corriendo, que hay algo del cuerpo que se lleva puesto ahí. Entonces no es caprichoso, a eso me refiero, como que hay momentos en donde necesito estar tranquila, respirar adecuadamente. Soy introvertida, pero también tengo una parte extrovertida. Siento que todo eso lo fui aprendiendo con la terapia. Mi psicóloga me enseñó que hay una parte mía que es así, pero también hay otra parte.

-¿Qué cosas requiere la creatividad, mantenerla despierta, en tu caso?

-Para mí, mantener la mirada despierta en estos tiempos es difícil, porque hay tanta información. La creatividad va de la mano de la curiosidad, ¿no? La curiosidad para impulsar, el trabajo sin dudas. Siento que tenemos muchas ideas y a veces las excusas o los contextos no nos ayudan a realizarlas, pero siempre va a haber alguien con quien compartir esos lugares. Me parece que hay algo bueno en la confianza y en el estar despierto.

-Pasaste momentos complejos en tu vida. Si me lo permitís, quiero referirme a tus adicciones, de cómo cambió tu vida a partir de ahí, de haberte sentido quizás en un lugar muy oscuro que uno a veces llega sin darse cuenta y después te da la posibilidad de tomar conciencia de muchas cosas.

-Es tal cual como lo dijiste. Hay algo de que uno llega sin darse cuenta. Es un proceso doloroso, porque es tocar un montón de situaciones de infancia, de crianza, como una gran revisión. Y dije: yo no quiero esa vida. O sea, eso no es mi vida. Hubo una transformación muy profunda, personal y también familiar. Cuando uno cambia de lugar, el resto también está obligado a eso, pero si hay amor y hay ganas, se puede, y yo tuve esa suerte. Y así como vino esa luz, llamada André, yo siento que la última vez que tuve una situación de consumo fue también como una luz que me hizo decir: ¿qué estoy haciendo yo en este lugar, en esta situación? Y me di cuenta. Y vino un proceso malo, difícil, triste, pero yo tenía la certeza de que tenía que pasarlo. Durante ese proceso sabía que no la iba a pasar bien, pero había que hacerlo.

-¿Y el amor con respecto a las relaciones de pareja? ¿Cómo fuiste transitando todo eso?

-Me veo aprendiendo, y eso me encanta, y aprendiendo con alguien que quiere aprender. Entonces estamos aprendiendo juntos. También es un trabajo. Hay algo de lo romantizado del amor en donde uno pone una expectativa. Es un esfuerzo, un compromiso, pero también las ganas, la creatividad puesta ahí. Nos divertimos juntos, también, eso es fundamental.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/videos/celeste-cid-una-cree-que-esta-deconstruida-pero-es-dificil-cambiar-el-chip-de-las-cosas-mas-nid12092025/

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