
Dejó su trabajo para dedicarse a la maternidad y se volvió millonaria con un invento para que su hija duerma bien
Audrey Buck es una mujer inglesa de 55 años que luego de dedicar gran parte de su carrera a trabajar como ingeniera de radio para la BBC, dejó todo para enfocarse en crear una familia. Ahora, 20 ...
Audrey Buck es una mujer inglesa de 55 años que luego de dedicar gran parte de su carrera a trabajar como ingeniera de radio para la BBC, dejó todo para enfocarse en crear una familia. Ahora, 20 años después de esa decisión, se volvió millonaria con un invento que creó para que su hija pueda dormir bien.
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“Mi hija del medio nació en 2001 cuando yo tenía 34 años. De pequeña le costaba dormir durante el día, y un amigo me sugirió usar una buena persiana opaca”, le contó Audrey al diario The Mirror. Para ello, la mujer pegó bolsas de basura negras en la ventana de la habitación de su hija para bloquear la luz por completo. Con ganas de perfeccionar este método, confeccionó una persiana opaca que se sellaría al marco para impedir totalmente el ingreso de la luz.
“Funcionó de maravilla. Me preguntaba si esta idea podría convertirse en un negocio. Así que más allá, comencé con algunos anuncios en revistas para padres, luego armé un sitio web y entonces Easyblinds despegó”, relató Buck. “Ya tenía una computadora y una impresora, y la única inversión, además de colocar algunos anuncios en revistas, fue un rollo de tela opaca, los accesorios necesarios y materiales de embalaje”, reveló. Todo el trabajo lo realizó desde su hogar mientras sus hijos estaban en la escuela o dormían.
Un millón de dólares“El negocio creció y se autofinancia. El dinero obtenido de las ventas iniciales se usó para comprar más materiales, así que hice crecer el negocio sin fondos ni apoyo financiero”, explicó la ahora empresaria y reveló que en el último año la facturación alcanzó el millón de dólares. “Al principio, todas las ventas eran por correo. Hice que funcionara a mi alrededor, ya que estaba decidida a ser una madre que se queda en casa. Pero en 2008 me lancé en Amazon y eso permitió llegar a EE.UU.”, destacó la mujer que incluso vende de forma independiente a empresas en Australia y Nueva Zelanda.
Más adelante agregó que durante la pandemia la demanda creció y fue todo un desafío llegar con los pedidos: “Nuestras ventas despegaron porque la gente tenía que quedarse en casa con sus hijos y las persianas opacas ayudaban a dormir, pero la necesidad de distanciar físicamente al personal significaba que no podíamos contratar a más personas y teníamos que escalonar nuestras horas de trabajo”.
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Audrey asegura que incluso famosos eligieron su producto: “El entrenador Joe Wickes puso una de nuestras persianas opacas en sus redes sociales al comienzo del primer confinamiento. Eso nos dio un buen impulso par aumentar las ventas”. Para concluir reflexionó: “Cuando recuerdo cómo comenzó el negocio, a veces quiero pellizcarme. Somos un equipo pequeño y estoy orgullosa del camino transitado. En su mayoría somos madres, y todas hemos aprendido en el trabajo, a medida que avanzábamos. Se trata de un viaje, un gran viaje que requirió de un duro trabajo”.