Lorna Cepeda y Natalia Ramírez, las malas de Betty, la fea debutan en la avenida Corrientes
Para los amantes de las telenovelas latinoamericanas fueron, en un comienzo, “las malas” de...
Para los amantes de las telenovelas latinoamericanas fueron, en un comienzo, “las malas” de Betty, la fea, la tira colombiana de finales de los 90 que devino suceso mundial y aparece en el libro Guinness de los récords como “la telenovela más exitosa de toda la historia”. La blonda Lorna Cepeda (inicialmente Lorna Paz) era Patricia Fernández, la secretaria de Ecomoda; y la morocha Natalia Ramírez, Marcela Valencia, accionista, gerente de ventas y novia del presidente de la empresa. Ambas le hacían las mil y una a la inteligente, pero poco atractiva Beatriz Aurora Pinzón Solano, el personaje protagónico de la tira que interpretaba Ana María Orozco.
Con el tiempo ambas actrices trascendieron aquellos roles secundarios y se transformaron en dos actrices de peso en su país y también en otras latitudes. Cepeda, por ejemplo, participó de la versión colombiana de la serie norteamericana Amas de casa desesperadas (que curiosamente se rodó en la Argentina, en el set utilizado para la versión nacional), y también de la novela internacional Provócame, rodada aquí en 2001, al lado de Chayanne y Araceli González. Y Ramírez fue la novia de Arturo Puig en Dr. Amor, la telecomedia argentina de 2003, en la que competía por el afecto del protagonista con... su excompañera de Betty la fea: Cepeda.
En el devenir de los años, ya sea por motivos laborales como turísticos, vinieron varias veces a Buenos Aires. Pero ahora, por primera vez, Cepeda y Ramírez lo hacen para presentarse en teatro. Mañana (martes 8 de abril), a las 20, ofrecerán en el teatro Broadway (Av. Corrientes 1155) una única función de Muertas de risa, la comedia escrita y dirigida por Juan Carlos Gómez con la que están recorriendo toda América Latina. Pero antes hablaron con LA NACIÓN sobre las características del humor colombiano, el doble standard familiar en su país y cómo será la segunda parte de la secuela de la telenovela que las hizo tan famosas.
–¿Qué les atrae de Buenos Aires?
Natalia Ramírez: –Es una ciudad espectacular, muy europea y bella. Mires para donde mires te encuentras siempre con una arquitectura maravillosa. Me gusta mucho la Recoleta, tanto como Palermo Soho. También San Isidro, donde estuve viviendo como un año y medio, cuando vine a grabar Dr. Amor en los estudios Central Park (ubicados en esa zona). San Isidro es un lugar muy precioso y tranquilo, para quedarte allí todo el día y vivir sin problemas. De todos modos, por las noches siempre me venía al centro a ver teatro. Es que el fenómeno de los teatros de la avenida Corrientes es único, no ocurre en otra parte de Latinoamérica.
–¿Era para ustedes, entonces, un sueño pendiente actuar en un teatro de la avenida Corrientes?
Ramírez: –Claro que sí. Desde hace años que produzco teatro y deseaba poder actuar aquí en teatro. Mi mentora Fanny Mikey (actriz, directora y productora argentina, nacionalizada colombiana, llamada La reina del teatro y considerada la impulsora del teatro en Colombia) siempre me lo decía: “ya vas a ver, algún día se te va a cumplir el sueño”. Pasó mucho tiempo, pero acá estamos, a punto de cumplirlo. Y creo que la emoción va a ser muy fuerte.
–¿Cuáles son las expectativas?
Lorna Cepeda: –Yo prefiero hablar de aspiraciones. Al igual que llenamos las funciones que acabamos de hacer en Perú y Chile, ojalá que aquí también tengamos un sold out. Pero lo más importante es que la gente salga súper contenta del teatro. No es una obra con grandes pretensiones, salvo la de hacer reír mucho y que el público se olvide por una hora y media de sus dramas cotidianos. Es que la risa lo ayuda a uno mucho más de lo que uno cree. La risa es sanadora. Y yo sé bien por qué lo digo .
–¿Cuál es el argumento de Muertas de risa?
Ramírez: –La obra es la historia de dos mujeres que se encuentran en la morgue para reconocer a su ser amado, que resulta ser el mismo... ¡Oh, sorpresa! . Esto pasa mucho en las funerarias de Colombia.
–¿En serio?
Ramírez: –Sí, sí. A las funerarias empiezan a llegar las otras familias del difunto que nadie sabía que existían, y si lo sabían, todos se hacían los tontos.
–¿Aún existe en Colombia aquello de “la casa grande” y “la casa chica”?
Ramírez: –Sí, mucho, sobre todo en la costa. “La casa grande” es la oficial y “la casa chica”, la otra... De todos modos, esa doble vida es cada vez más difícil de mantener por las redes sociales, es complicado mantener el secreto. Igualmente casi todas “las casas grandes” saben de la existencia de “las casas chicas”. No lo admiten públicamente, pero saben de la existencia e incluso, en algunos casos, los hijos de una y otra casa, mantienen relaciones. Ojo, no lo digo en término crítico, esto es algo que en la sociedad colombiana está aceptado.
Cepeda: –En esto difiero en parte contigo, mi mamá se separó de mi papá cuando... En fin, no creo que hoy eso sea algo tan aceptado, antes pudo haber sido así, pero hoy ya no tanto. Ahora las mujeres no aceptamos situaciones de ese tipo. Antes las mujeres eran más dependientes, económica y emocionalmente y se bancaban todo porque tenían siete hijos para criar. Hoy las mujeres no se aguantan las infidelidades y las traiciones.
–Volviendo a la obra, ¿qué sucede cuando se encuentra la mujer “de la casa grande” con la mujer de “la casa chica”?
Ramírez: –Al principio les surge la rabia, pero luego empiezan a compartir un mismo dolor. Les nace la empatía porque, desafortunadamente, este hombre está muerto. Entonces, ¿a quién se le reclama? Y ahí comienzan a compartir historias que tal vez desconocían. La obra tiene un mensaje, pero no te lo podemos adelantar... si no, pierde la gracia.
–¿Cómo es el humor colombiano? ¿Difiere del resto de los países latinoamericanos?
Cepeda: –Tenemos un humor bien particular. El colombiano se burla de sí mismo. Es capaz de poder mirarse y tomar las cosas de una manera jocosa. Esta comedia es un ejemplo de eso, parte de un drama para hacer humor. Digamos que el humor colombiano sirve para alivianar las cosas que son pesadas.
–¿Cuesta hacer reír hoy en Colombia, en medio de un clima social convulsionado?
Ramírez: –No, el colombiano se ríe de eso para poder sobrepasarlo. De esta manera hemos sobrevivido años de tensión y tensión. El colombiano necesita mucho del humor, fundamentalmente del sarcástico. Mira si no: cuando aparece la noticia de que Pablo Escobar “vuela” el avión de Avianca, algo absolutamente horrible y que genera una conmoción nacional, ¿qué sucede? En los siguientes tres días el colombiano empieza a decir: “Avianca ya no anuncia sus vuelos diciendo, por ejemplo, ‘les damos la bienvenida al vuelo 354…´sino: “Nos sorprendemos en anunciar la llegada del vuelo 354, sano y salvo”. Este es nuestro humor hoy en día: sarcástico, fuerte, negro negrísimo.
–¿Qué recuerdos tienen de la telenovela Betty la fea y de los 335 capítulos emitidos entre 1999 y 2001?
Ramírez: –Recuerdos y anécdotas hay muchas, pero lo más importante es que nosotras no nos dimos cuenta de lo que estaba pasando hasta mucho tiempo después. Es que grabábamos de lunes a sábado, mil horas por día, y estábamos como en una burbuja. No teníamos prácticamente contacto con el exterior. Todavía no había llegado a Colombia la telefonía celular, así que vivíamos incomunicadas.
–¿En Colombia el suceso fue igual al del resto del mundo?
Ramírez: –Fue igual, de hecho el programa también se emitía por radio para que nadie se lo perdiera. Así, si alguien debía salir de su casa o estaba llegando tarde para la transmisión, la podía escuchar en el auto, en el bus o por la calle. El país entero se paralizaba para ver Betty la fea. Fue un furor.
–El año pasado participaron de la secuela Betty, la fea, la historia continúa, realizada en formato serie, de 10 episodios, que produjo la plataforma Prime Video. ¿Quedaron conformes?
Cepeda: –Cuando me propusieron hacer la secuela me dio mucho susto. Era una responsabilidad demasiado grande traer la serie al presente y revivir aquellos personajes. Al principio dudé en decir que sí, luego me dio pavor y recién logré relajarme un poco cuando hicimos la primera lectura del libreto. La seguridad me apareció el primer día de grabación, cuando en el set vi a cada uno montado como su personaje. Ahí me dije ‘ya está, lo logramos otra vez”. Ojo que tuvimos que trabajar mucho para que todo saliera bien porque no se trató de una novela sino de una serie, y las series tienen un lenguaje distinto: todo pasa a una velocidad tremenda. Al final, sí, quedamos muy conforme, con la calidad del producto y con cómo se resolvieron nuestras historias.
–¿Habrá una segunda parte de la secuela?
Cepeda: –Sí. Y te cuento una novedad: ¡ya la hemos grabado! Ya prontito Prime Video anunciará la fecha del estreno, que suponemos será en julio. Lamentablemente no te podemos adelantar mucho más, salvo que habrá sorpresas y de las buenas, ¿eh? Bueno, sí, te vamos a adelantar algo más: en esta segunda parte de la secuela se resuelven mucho más las historias de todos los personajes.
–¿Sabían que Ana María Orozco vive aquí? ¿La invitarán a la función?
Ramírez: –Sí, sabemos que Anita vive aquí, en la Argentina y nos encantaría que viniera, pero justo ahora está en Perú. Lo peor es que tampoco pudo venir a vernos en Lima, donde actuamos recientemente, porque justo el día de la función tenía un compromiso.
–¿Cómo es la relación con ella?
Ramírez: –Divina. Ella es un ser humano espectacular.
Cepeda: –Es uno de los seres humanos más bonitos y transparentes que yo he conocido en mi vida. Así te lo digo: Anita es maravillosa, muy espiritual y tranquila.
–Por último, ¿están al tanto de la enorme comunidad colombiana que existe en Buenos Aires? ¿Quieren transmitirle algún mensaje a través de esta nota?
Ramírez: –Estamos muy sorprendidas. No sabíamos que había tantos.
Cepeda: –Yo les diría que son muy valientes porque hay que irse a vivir a otro país, ¿eh?, con otras costumbres y cultura. Es verdad que aquí se habla el mismo idioma, y eso ayuda, pero me imagino que debe ser muy difícil empezar una nueva vida en otro sitio. Les diría que los amo, que tengan berraquera , que luchen por sus sueños y sean muy felices. ¡Y que nos vengan a ver al teatro!
Para agendar
Muertas de risa. Comedia escrita y dirigida por Juan Ricardo Gómez. Con Lorna Cepeda y Natalia Ramírez. Teatro Broadway (Av. Corrientes 1155). Función: martes 8 de abril, a las 20. Entradas: por Plateanet.