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Messi - Luis Enrique, capítulo final: de la gloria con Barcelona a un reencuentro con cuentas pendientes

MIAMI (Enviado especial).- Bajo un cielo nublado y con la llovizna tropical cayendo suave sobre Fort Lauderdale, Lionel Messi se entrena como de costumbre, rodeado de sus amigos. Sobre sus cabezas,...

MIAMI (Enviado especial).- Bajo un cielo nublado y con la llovizna tropical cayendo suave sobre Fort Lauderdale, Lionel Messi se entrena como de costumbre, rodeado de sus amigos. Sobre sus cabezas, una tras otra, pasan avionetas. Es parte del entorno. El predio de Inter Miami está ubicado justo al lado del Fort Lauderdale Executive Airport, una pista construida en 1941 para entrenar aviadores navales durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy funciona como una base operativa para escuelas de vuelo, con torre de control en funcionamiento las 24 horas. El ruido de las avionetas es constante y habitual. Pero nada parece afectar la rutina: Messi se mueve con naturalidad, como si nada a su alrededor pudiera distraerlo. Es el último entrenamiento antes del cruce de este domingo con PSG, el más trascendental desde que Messi viste esta camiseta.

Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets lo acompañan en cada ejercicio. Existe entre ellos una química especial. Se cruzan miradas, se ríen, se pasan la pelota, hablan entre una pausa y otra. Son un bloque que funciona casi sin hablar, por todo lo que vivieron juntos. Aunque ya ganaron todo, en esta etapa final de sus carreras siguen con ese instinto competitivo que los hizo grandes y que los lleva a seguir buscando nuevos desafíos.

En el horizonte inmediato aparece el Paris Saint Germain de Luis Enrique, por los octavos de final del Mundial de Clubes. Con Messi, el técnico tuvo una relación compleja: compartieron éxitos, pero también diferencias que marcaron su paso juntos en Barcelona. Entre esos motivos estuvo la decisión de Luis Enrique de marginar a varios jugadores y personas del entorno cercano de Messi, un golpe directo a ese círculo de confianza que el capitán siempre buscó preservar, y que fue clave para que se sintiera a gusto tanto dentro como fuera de la cancha.

Este sábado, Messi volvió a mostrarse cerca de los de siempre. La escena se dio a pocas horas del partido con los franceses, en el Bank of América Stadium de Charlotte. El equipo de Javier Mascherano dio la sorpresa en la fase de grupos al clasificar en una zona con Palmeiras -igualó 2 a 2- y Porto, al que venció con un golazo de Messi de tiro libre. No era el favorito, pero avanzó. Jugó bien, fue eficaz, y ahora se enfrentará con el campeón de la Champions, uno de los gigantes del torneo.

Probablemente, Inter habría preferido otro rival. Y PSG, también. Luis Enrique sabe mejor que nadie lo que puede dar Messi, incluso en un contexto muy distinto al de sus años en España. No tiene la misma explosión de antes, pero sigue leyendo el juego como pocos y puede resolver cualquier partido con una sola jugada. Además, PSG ya tropezó en este Mundial de Clubes: perdió 1 a 0 con Botafogo.

Luis Enrique es una de las personas que más conoce a Messi en la alta competencia. Compartieron tres temporadas en Barcelona, entre 2014 y 2017. Ganaron nueve títulos, incluido el triplete de 2015 -Liga, Copa del Rey y Champions-, y firmaron una de las etapas más exitosas de la historia del club. Además, se consagraron en el Mundial de Clubes, tras vencer 3 a 0 a River, con uno de Messi y dos de Luis Suárez. El rosarino jugó 158 partidos y convirtió 153 goles con Luis Enrique como DT. Brilló como pocas veces, especialmente en la 2014/15, donde hizo 58 goles en 57 encuentros.

Pero, a pesar de los títulos y las cifras, el vínculo personal nunca fue bueno. Luis Enrique llegó con una idea clara: recuperar el control del vestuario y poner distancia con los líderes. Reemplazó a Gerardo Martino, un técnico muy cercano a Messi, lo que marcó un quiebre en la dinámica del grupo. En ese intento, desarmó parte del entorno que rodeaba al 10. Dani Alves perdió protagonismo, Pedro fue vendido a Chelsea, y también se fueron Cesc Fábregas y el arquero José Manuel Pinto, dos nombres importantes en el entorno íntimo del astro. Además, fue echado Josep Maria Corbella, histórico utilero del Barsa y una figura muy respetada dentro del vestuario. Estas decisiones tensaron la relación entre Messi y el técnico, que también tenía su propia historia con la camiseta blaugrana, con 109 goles en más de 300 partidos jugados.

Aun así, el conflicto más notorio se dio en enero de 2015. Messi había recibido un permiso especial del club para sumarse a los trabajos un día después que sus compañeros, junto a Neymar y Dani Alves. Esa situación no le cayó bien al técnico, que decidió llevarlos al banco en un partido contra la Real Sociedad. Poco después, Messi recibió un patadón durante una práctica y Luis Enrique dejó seguir la acción, lo que enojó mucho al delantero. “El técnico no le pitó a Messi una falta en el partidillo, a Leo se le cruzaron un poco los cables y se dijeron las cosas que se tenían que decir”, reveló poco después Jérémy Mathieu, el francés que era parte de aquel plantel del Barcelona.

Si bien el éxito deportivo contribuyó a mejorar la relación, el vínculo nunca llegó a recomponerse del todo. Messi, que suele hablar con admiración de técnicos como Pep Guardiola, Martino o Lionel Scaloni, rara vez incluyó a Luis Enrique entre los entrenadores más influyentes de su carrera. Las pocas veces que lo nombró lo hizo con frialdad. Luis Enrique, por su parte, siempre reconoció a Messi como "el mejor jugador que haya visto", aunque nunca dejó de priorizar el equipo por sobre las individualidades, una política que también aplicó luego en el PSG con Kilyan Mbappé. Con el tiempo, las cosas fueron acomodándose, y es probable que se saluden antes del partido, dejando atrás una etapa marcada por alegrías, tristezas y algunos cortocircuitos.

Este domingo, Messi y Luis Enrique volverán a encontrarse. Messi, con 38 años, juega en un equipo hecho a su medida, rodeado de amigos y viejos compañeros del Barsa. El argentino está invicto en los cruces con el español: le ganó dos veces cuando Luis Enrique dirigía al Celta de Vigo, y en uno de esos partidos convirtió un gol. Ninguno de esos enfrentamientos fue tan esperado como este, por todo lo que rodea a Messi, al PSG y al último técnico campeón de la Champions. Un partido que tiene interés no solo por los equipos, sino porque será, seguramente, el capítulo final de la historia entre Messi y Luis Enrique.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/messi-luis-enrique-capitulo-final-de-la-gloria-con-barcelona-a-un-reencuentro-con-cuentas-pendientes-nid28062025/

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