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Tiburones de Groenlandia, gusanos y “mucho humo”: el nuevo portafolio de la longevidad extrema

Entran un tecnomillonario obsesionado con su edad, un tiburón de Groenlandia y un gusano congelado siberiano a un bar. Así podría comenzar un chiste sobre las novedades 2025 en materia de longev...

Entran un tecnomillonario obsesionado con su edad, un tiburón de Groenlandia y un gusano congelado siberiano a un bar. Así podría comenzar un chiste sobre las novedades 2025 en materia de longevidad extrema, un área temática que no para de crecer desde la pospandemia, enmarcada en una “economía del bienestar” que también marcha a pasos agigantados.

Pero vamos por partes. El tiburón de Groenlandia es el vertebrado más longevo del mundo: en 2016 se descubrió un ejemplar que, según cálculos, tendría más de 500 años. El hallazgo de un animal con la capacidad de vivir varios siglos es relativamente reciente y disparó todo tipo de especulaciones de laboratorios sobre características y hábitos que podrían colaborar a extender la vida humana, como la exposición al hielo que lentifica al metabolismo y el envejecimiento celular. Lo del gusano siberiano es más reciente todavía: en febrero de este año se logró revivir un espécimen que se mantuvo 46.000 años congelado en el permahielo de esta región rusa (el sueño de Walt Disney y la criogenización), y lo primero que hizo fue reproducirse.

Todos estos casos forman parte del debate por la extensión de vida, un tema que a nivel mundial acapara audiencias enormes y tiene a sus máximos gurúes llenando estadios y protagonizando polémicas. Semanas atrás se reeditó el nuevo libro del cardiólogo y columnista de The New York Times Eric Topol, que está #1 en la lista de best seller de no ficción del mismo diario: “Super Agers”, y que tiene la bajada de “una aproximación a la longevidad basada en la evidencia”. Días atrás, el escritor y experto en complejidad Nassim Taleb recomendó el libro y dijo que era una suerte de “anti-Attia”. Peter Attia es tal vez, junto con Andrew Huberman, el principal streamer sobre esta agenda. Taleb siempre lo mata en redes, y da a entender que mucho de lo que se publica y se discute a nivel masivo hoy sobre longevidad es “humo”.

“En algún punto es así, hay mucho humo en esta conversación”, dice a LA NACION el tecnólogo y futurista Marcelo Rinesi, quien no solo lee todo lo que sale sobre este tema y está en la cresta de la ola, sino que viene probando en su propio cuerpo muchas propuestas de frontera.

El tecnólogo asegura que buena parte de lo que hoy discutimos sobre longevidad se puede entender mejor con el prisma de la economía. “No es una analogía perfecta, pero es útil pensar en actividades relacionadas con la longevidad como si fuese un portafolio de inversiones”, precisa. Lo que sigue son algunos de los ejes que propone:

1) La importancia del interés compuesto: estructuralmente, en la medicina contemporánea sabemos cómo hacer relativamente más lentos –durante un tiempo– o relativamente más improbables ciertos tipos de pérdida de funcionalidad, pero hay muy poco que podemos recuperar. El envejecimiento es todo aquello de lo que el organismo no se recupera solo ni sabemos cómo hacer que lo haga. Eso quiere decir que nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde; cada cuidado o falta de cuidado este año repercute en el resto de la vida, sostiene Rinesi. Como sucede con las inversiones, con el bienestar cada paso positivo transformado en hábito genera interés compuesto en el tiempo.

2) Lo complicado de los retornos: los payoffs (las recompensas de casi todas las intervenciones son cero: la regla básica de la investigación médica es que todo es posible in vitro, muchas cosas en ratones, pero es muy difícil mover ninguna aguja en seres humanos, y si empujás demasiado casi siempre rompés algo, marca Rinesi. “El mercado está lleno de recomendaciones y productos que no tienen ningún impacto medible”, sostiene el tecnólogo. La comparación tiene que ser siempre con el grupo de control adecuado: casi cualquier ejercicio moderadamente aeróbico mejora el estado de salud comparado con no hacer nada. Ninguno “alarga la vida” en particular.

3) Los riesgos de intervenciones con payoff negativo: en general el riesgo de la mayoría de los suplementos de venta libre o actividades, dentro de los patrones de uso recomendados, va a ser bajo o cero. Los riesgos vienen principalmente por el crecimiento de fuentes de información desquiciadas recomendando cosas estilo “tomá lavandina contra el Covid”. En el mejor de los casos recomiendan cosas que son inocuas pero que reemplazan intervenciones necesarias; en el peor, recomiendan hábitos activamente peligrosos.

4) Los incentivos de las fuentes: la mayoría de la información sobre intervenciones en longevidad vienen de dos tipos de fuentes: Medios e influencers y personas y empresas vendiendo algo, acota Rinesi. Ambos tipos de fuentes están incentivadas para hablar de la mayor cantidad posible de intervenciones, independientemente de que funcionen o no. “Puesto que la mayoría de las intervenciones tiene poco impacto marginal –o no funcionan o son variantes de cosas que ya deberías saber que funcionan– el valor informativo es prácticamente cero, y puede ser negativo en el sentido de llevarte a hacer cosas que no tienen impacto”, alerta el futurista.

5) Crecimiento no lineal: “La estrategia óptima de inversión no es no hacer nada, pero más allá de eso no existe una única posibilidad válida. No hacer cosas es “dejar años en la mesa” pero la acumulación masiva de apuestas es contraproducente”, marca Rinesi.

- Cuál es su estrategia de portafolio de longevidad personal?, preguntó LA NACION a Rinesi.

–Mi estrategia es “conservadoramente ambiciosa” (tiendo a incorporar lo que parece seguro y plausible de efecto positivo, y soltar inmediatamente cuando aparecen resultados que indican no solo riesgo sino falta de efecto), pero requiere una inversión de tiempo que solo se justifica porque es un tema que me interesa intelectualmente de manera intrínseca.

–¿Y qué opinás de estrategias de portafolio como las de Brian Johnson? (N. de R.: el multimillonario que gasta fortunas en formas de “rejuvenecer” su cuerpo).

–Estrategias como la de Brian Johnson me parecen malas en dos maneras concretas: hace mucho que tiene efecto neutro o negativo (ya entrando a lo bizarro) y exagera o miente sobre los efectos positivos. Hay una combinación de estafa y autoconvencimiento, combinado con la presunción pública de que toda persona que hizo mucho dinero con una empresa que tiene algo que ver con tecnología es automáticamente confiable en todo otro tema “de avanzada”.

Para Rinesi, en algún sentido “la industria de la longevidad en 2025 empieza a parecerse a lo peor de la industria de la IA: lo que es en su desarrollo algo técnicamente sólido y potencialmente revolucionario, termina casi enteramente capturado por una combinación de tecnomesianismo y soluciones mágicas”. Habrá que preguntarle al mejor gurú, de perfil bajo y resultados concretos y extraordinarios: el tiburón de Groenlandia.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/tiburones-de-groenlandia-gusanos-y-mucho-humo-el-nuevo-portafolio-de-la-longevidad-extrema-nid29062025/

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