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Todo lo que hay que saber a la hora de sacar un seguro de vida

¿Para qué sirve un seguro de vida? Un seguro de vida es una herramienta fundamental para proteger a quienes más querés ante una situación inesperada y al mismo tiempo ordenar tu futuro financi...

¿Para qué sirve un seguro de vida?

Un seguro de vida es una herramienta fundamental para proteger a quienes más querés ante una situación inesperada y al mismo tiempo ordenar tu futuro financiero acompañando tu seguridad y bienestar. Los seguros de vida permiten garantizar que, si algo te sucede, tus seres queridos tendrán un fondo para afrontar compromisos cotidianos, mantener su calidad de vida y seguir adelante.

La verdadera tranquilidad surge cuando sabés que, ante cualquier imprevisto, tu familia cuenta con respaldo económico y vos tenés un plan que acompaña cada etapa de tu vida. En definitiva, un seguro de vida es mucho más que un contrato: es el bienestar de vivir cada momento sabiendo que, pase lo que pase, los tuyos estarán protegidos.

¿Qué tipos de seguros de vida existen?

Los seguros de vida pueden adaptarse a necesidades muy distintas de acuerdo con cada persona, pero se pueden dividir en dos grandes grupos. Por un lado, los seguros orientados a la protección, que están pensados para garantizar estabilidad financiera cuando un imprevisto compromete tu bienestar o el de tu familia. De acuerdo a la póliza contratada, pueden incluir solo cobertura por fallecimiento y también beneficios que se cobran en vida, como es el caso de enfermedades Graves.

Por otro lado, existen los seguros que también permiten ahorrar, diseñados para quienes buscan, además de protección, planificar sus ahorros a mediano y largo plazo. Estos planes te permiten destinar parte de tu aporte a fondos de inversión acordes a tu perfil, combinando crecimiento patrimonial con los beneficios de contar siempre con un respaldo económico ante situaciones inesperadas.

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¿Qué coberturas adicionales se pueden sumar: invalidez, enfermedades graves, doble indemnización por accidente, exención de primas, anticipo por diagnóstico?

Cada persona y cada familia tienen necesidades diferentes, por eso las aseguradoras ofrecen la posibilidad de complementar el seguro de vida tradicional con coberturas opcionales que aportan mayor tranquilidad y respaldo económico frente a situaciones imprevistas. Estas coberturas adicionales permiten adaptar la protección a cada etapa de la vida, brindando recursos concretos cuando más se necesitan.

Entre las alternativas que pueden sumarse, se destacan la doble indemnización por accidente; invalidez total y permanente; anticipo por enfermedades graves; renta diaria por internación; cobertura por transplantes; exención de pago de primas en caso de incapacidad o acceso a servicios complementarios.

Este esquema de coberturas opcionales amplía el alcance del seguro de vida, brindando una protección integral, asegurando que los clientes cuenten con un respaldo sólido para enfrentar momentos de vulnerabilidad con mayor tranquilidad y previsión. Así, cada persona arma una póliza a medida de su proyecto de vida.

¿Solo se cobra cuando una persona se muere?

No exactamente. Si bien la cobertura por fallecimiento es el eje central de muchos seguros de vida, hoy las pólizas contemplan mucho más que eso. De acuerdo al tipo de seguro contratado y los extras, ante un accidente o enfermedad que te impida seguir trabajando, podés recibir el monto contratado en la cobertura en vida para afrontar gastos médicos o reorganizar tus finanzas. Si se diagnostica una enfermedad grave, la póliza puede pagar de forma anticipada la suma asegurada para que destines esos fondos a tu recuperación o a lo que necesites.

Además, los planes de ahorro e inversión funcionan mientras estás vivo: generan valor, diversifican tu ahorro y te ayudan a alcanzar objetivos de largo plazo. En otras palabras, el seguro de vida moderno ya no es solo una respuesta al fallecimiento, sino una herramienta integral de protección y planificación.

¿Quién lo cobra? ¿Hasta cuantos beneficiarios puedo poner?

Al contratar tu seguro de vida podés designar a las personas que recibirán el capital asegurado, llamadas beneficiarios. Lo habitual es que sean familiares directos —padres, hijos, cónyuge, pareja o hermanos—, pero también podés incluir a alguien por fuera del núcleo familiar (por ejemplo un amigo), en determinados casos en que, entre otras cosas, se justifique esa elección y se deje constancia en la póliza.

Podés nombrar a más de un beneficiario y decidir en qué proporción se reparte el capital entre ellos. Esto te permite adaptar la cobertura a tu realidad familiar, contemplando hijos menores, padres dependientes o cualquier persona que quieras proteger. La designación de beneficiarios es flexible y podés modificarla si tu situación personal cambia.

¿Cuál es la edad ideal para sacarlo, a más joven más barato?

No existe una edad correcta única: todo depende de tus objetivos y de la etapa vital en la que estés. Lo que sí es cierto es que, cuanto antes contrates un seguro, más accesible será la prima y mayor será el tiempo para acumular ahorro o inversión. Una persona joven que empieza temprano obtiene una relación costo-beneficio muy favorable y se asegura una protección sólida durante más años.

De todas formas, nunca es tarde. Cada momento de la vida presenta necesidades distintas: proteger a los hijos pequeños, garantizar la educación universitaria, resguardar un crédito hipotecario o asegurar un ingreso complementario de jubilación. Los asesores son especialistas en estos temas y podrán analizar tu situación, proyectar escenarios y te acompañan para actualizar tu póliza cada vez que tu vida cambia.

¿Los seguros de vida tienen beneficios que se pueden usar en vida?

Sí. El seguro de vida actual es mucho más que una cobertura post-fallecimiento. Es por eso que se suman prestaciones que podés utilizar cuando las necesitás. Las pólizas de protección pueden incluir atención telefónica para recibir orientación médica y psicológica, asesoramiento impositivo y financiero, y recomendaciones de nutrición y actividad física.

Algunos seguros más completos incorporan asistencias prestacionales y otros servicios para acompañarte en tu bienestar cotidiano como cuidadores de la salud para vos o familiares directos, urgencia odontológica y descuentos en farmacia acumulables. Esto convierte al seguro de vida en un verdadero aliado integral, más allá de la cobertura por fallecimiento.

¿Hasta qué monto se puede cobrar?

El capital asegurado se define al contratar la póliza, en función de tus ingresos y necesidades. Como referencia, se recomienda un monto equivalente a alrededor de 10 veces tu ingreso anual, siempre que se pueda justificar. En principio para definir la cobertura por fallecimiento es en función del daño económico que produce dicho fallecimiento.

¿Hay un tiempo mínimo de aporte para poder cobrarlo?

No es necesario un plazo mínimo para que la cobertura de fallecimiento sea válida: una vez emitida la póliza y pagada la primera prima, el seguro entra en vigor. En planes de ahorro/inversión, el acceso a valores de rescate o beneficios parciales puede requerir cierto tiempo de permanencia, según condiciones de la póliza.

¿Qué ocurre si dejo de pagar: período de gracia, reinstalación, reducción automática, valor de rescate o préstamo sobre la póliza?

Al dejarse de pagar las pólizas de vida con capitalización, la cuenta individual generada es la que empieza a utilizarse para pagar los costos del seguro, hasta agotarse y así cancelarse. Como son diseñadas para el largo plazo, contemplan que a las personas puedan ocurrirle situaciones en las que necesiten no pagar por un período determinado, por lo que son flexibles y permiten suspensiones temporales de pagos, modificar los aportes (“primas”) y/o las coberturas, solicitar un préstamo o retirar el valor de la cuenta remanente (“rescate”), e incluso dejar de pagar definitivamente y luego retomarlos (“reinstalación”).

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/salud/vida_sana/todo-lo-que-hay-que-saber-a-la-hora-de-sacar-un-seguro-de-vida-nid07102025/

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