La llegada del hijo: un relato fracturado en dos que aborda los dilemas del amor materno
La llegada del hijo (Argentina/2025). Guion y dirección: Cecilia Atán y Valeria Pivato. Fotografía: Sergio Amstrong. Edición: Teresa Font. Elenco: Maricel Álvarez, Ángelo Mutti Spinetta, Cris...
La llegada del hijo (Argentina/2025). Guion y dirección: Cecilia Atán y Valeria Pivato. Fotografía: Sergio Amstrong. Edición: Teresa Font. Elenco: Maricel Álvarez, Ángelo Mutti Spinetta, Cristina Banegas, Greta Fernández. Calificación: Apta para mayores de 16 años. Distribuidora: Cinetren. Duración: 88 minutos. Nuestra opinión: buena.
El cine y los dilemas morales parecen ir a menudo entrelazados, sobre todo en algunas cinematografías. Un inmejorable exponente han sido las viejas repúblicas del Este, con películas de personajes atrapados en una elección imposible, decisiones entre alternativas igualmente devastadoras, miradas que intentaban evitar la sanción en virtud de un ejercicio reflexivo. El Decálogo de Krzysztof Keślowski, el reciente cine rumano (sobre todo Cristian Mungiu), una película búlgara como Las lecciones de Blaga (2023) -que todavía no pasó por los cines- ponen a los personajes ante una elección que involucra la moral y sus sentimientos, su código ético y su supervivencia, sin encontrar a menudo un atajo fácil en esa ecuación.
El inicio de La llegada del hijo parece asumir esa perspectiva: una madre recoge a su hijo a la salida de una penitenciaría para menores. El regreso es silencioso, la renovada convivencia es tensa. ¿Cuál es el crimen por el que el hijo fue encarcelado? ¿Es posible el perdón de la madre si la verdad nunca puede ser dicha?
Cecilia Atán y Valeria Pivato habían deslumbrado con su ópera prima La novia del desierto (2017) -estrenada en la sección Un Certain Regard, de Cannes, aclamada por la crítica y con distribución en un circuito amplio para el cine nacional-, demostrando un claro interés por el universo femenino, la compleja búsqueda del amor y la intervención del azar y las circunstancias en el destino humano. Sin embargo, aquella película esquivaba el andamiaje calculado de su guion para avenirse a un recorrido abierto, definido por una puesta en escena virtuosa - del director de fotografía chileno Sergio Amstrong con quien vuelven a colaborar-, donde primaban los paisajes rurales y el ambiente incierto para una nueva vida que comenzaba.
En La llegada del hijo también hay un nuevo comienzo para Sofía (Maricel Álvarez), luego del regreso de su hijo después de cuatro años de prisión. Alan (Ángelo Mutti Spinetta) es ahora un hombre, endurecido y taciturno, cuyo semblante combina reserva y recelo. Es la mirada de Sofía la que conduce el relato, con la cámara apegada a su andar -un poco en sintonía con la tradición de los hermanos Dardenne, otra dupla de cineastas morales-, a su llanto apagado, a su mirada extraviada en recuerdos imposibles. Lo que la película decide entonces es fracturar el relato en dos, planteando el porqué de la prisión como nudo a descubrir. Una línea temporal es el presente de la liberación; la otra es el pasado del encarcelamiento. En el centro está lo que ocurrió, aquello de lo que no se puede hablar.
La estructura misma de la película es la que imprime el escamoteo del misterio y el uso de pequeños inserts, casi a modo de flashbacks de la propia Sofía, como indicios para llegar a la revelación. Es inevitable sentirse algo manipulado en ese juego, y el tercer tiempo, nacido de esos sucesos previos a la detención, es quizás el que imprime la gravedad de lo calculado, el consciente efecto sobre la emoción del espectador. En ese sentido, hay dos objetos y un espacio que ambas directoras eligen como andamiaje del relato: el rompecabezas que preside el living de la casa familiar como clave de lectura del misterio, y el automóvil, donde por primera y última vez vemos a Sofía y donde Alan deberá asumir la responsabilidad sin la coartada del destino. El cementerio es el lugar que asimila un recorrido sin final, laberíntico y envolvente, de encuentros imposibles y despedidas que aguardan impacientes.