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Reseña: Diario de Galileo, de Macarena Marey

Diario de Galileo no es el diario de un padre, el de la ciencia moderna, Galileo Galilei, sino el de una madre, filósofa, del siglo XXI. Tampoco es estrictamente un diario. Es un bello y potente l...

Diario de Galileo no es el diario de un padre, el de la ciencia moderna, Galileo Galilei, sino el de una madre, filósofa, del siglo XXI. Tampoco es estrictamente un diario. Es un bello y potente libro en el que Macarena Marey (Necochea, 1978), profesora en la UBA e investigadora del Conicet, despliega, con el formato de diario, algunos problemas filosóficos desde su condición de madre de un niño autista, Galileo.

Uno de los temas clásicos en la filosofía es el lenguaje. Eludiendo la habitual lista de preguntas sobre la cuestión, Marey introduce una personal: “¿Qué le hace a la filosofía de una filósofa tener un hijo no verbal?” Ante una tormenta eléctrica, “Galileo se acerca al ventanal del lavadero y festeja la tormenta con saltos, exclamaciones en su lengua autista y aleteos (…) Imagino, como puedo, su experiencia del mundo sin la mediación de la verbalidad. La envidio”. La lengua de Galileo es expresiva, incluye ritmos y entonaciones, se acompaña de movimientos y golpeteos. Pero no contiene palabras. Es imposible de traducir. “Esta lengua no es lo opuesto del lenguaje: perfecciona otras lenguas, como la música o como el silencio. El sentido no es el objetivo de su lengua, el sentido de su lengua es existir”.

Otro tema filosófico tradicional es el asombro. Al niño autista los utensilios más simples le resultan un desafío. Pero no se trata de equiparar este asombro con el de los griegos clásicos ante la naturaleza. Los objetos “cotidianos” no son naturales. Fueron construidos pensando en el empleo por parte de personas “neuronormales”, “alistas” (concepto opuesto a “autistas”). El acompañamiento al asombro del autista es también una invitación a desmantelar la “normalidad” y “naturalidad” de los objetos que nos rodean. Un lugar común postula que “el autismo es una desconexión respecto del mundo”. Por el contrario, las reacciones del niño tienen lugar porque está conectado con el mundo; lo que muchas veces su comportamiento denuncia es una hostilidad que debería de afectarnos a todos si no estuviéramos insensibilizados: “Galileo no acepta la inhospitalidad del mundo, que no es lo mismo que no aceptar el mundo”.

Nuestra sociedad despolitiza la discapacidad haciendo de ella “un objeto de pena y compasión, un asunto de mala suerte, un destino individual”. Es imprescindible tomarla como una cuestión que involucre a toda la sociedad, incluyendo a las instituciones a cargo del Estado. Y es necesario abrirse al aprendizaje de nuevas formas de relación promovidas por la discapacidad. “Sin el autismo –escribe la filósofa–, no hay transformación radical posible porque sin él y sin la discapacidad hay menos conocimiento, menos realidad, menos matices, menos aspectos, menos rincones en el mundo”.

Diario de Galileo

Macarena Marey

(Bosque Energético)

104 páginas

$ 20.900

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/ideas/resena-diario-de-galileo-de-macarena-marey-nid02082025/

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