Violencia infantil, modelo predictivo
Quienes experimentan violencia en etapas tempranas de la vida pueden ver afectado su desarrollo cognitivo y emocional, sus capacidades de aprendizaje, su salud física y mental. El triste fenómeno...
Quienes experimentan violencia en etapas tempranas de la vida pueden ver afectado su desarrollo cognitivo y emocional, sus capacidades de aprendizaje, su salud física y mental. El triste fenómeno está muy extendido y es poco denunciado precisamente por la incapacidad de hacerlo de sus víctimas.
En nuestro país, el 59,4% de los niños menores de 15 años experimentó violencia disciplinaria física o psicológica en el mes anterior a la entrevista (Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes MICS 2019-2020); con un 35% sometido a castigo corporal, el 6,6% de tipo severo.
Por cada denuncia presentada hay en el mundo 75 que jamás trascenderán, un notable y triste subregistro, según reportan investigadoras de la Universidad de San Andrés (Udesa).
María Edo y Victoria Oubiña, Marcela Svarc y Mercedes Sidders trabajaron para mejorar la detección temprana de niños en riesgo. Los resultados de su investigación se publicaron en Children and Youth Services Review bajo el título “Aprendizaje automático y políticas públicas: detección temprana de la violencia física contra la infancia”. El trabajo apuntó a demostrar que considerar datos disponibles de los hogares puede contribuir a desarrollar un modelo predictivo.
En América Latina y el Caribe, un 43% de niños menores de 15 años sufren castigos corporales en sus hogares. El trabajo de las investigadoras arrojó que, del análisis del 30% de los hogares con riesgo más alto, en 43 de cada 100 podría identificarse la violencia contra los niños en etapas tempranas. Entrenaron un algoritmo para identificar patrones asociados con violencia, según los métodos de disciplina referidos por los adultos, a partir de datos de 7358 hogares argentinos con niños de 11 a 14 años relevados por la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados realizada por Unicef durante 2019 y 2020.
Habitualmente, para evaluar el riesgo de un niño de sufrir violencia se recurre a modelos teóricos basados en el consenso o en los modelos actuariales, ambos considerando características familiares asociadas. El análisis predictivo surge como un nuevo enfoque que, si bien es valioso, puede presentar riesgos al reproducir sesgos existentes, de allí la importancia de establecer umbrales diferenciales ante, por ejemplo, subreportes y de que la evaluación involucre a profesionales debidamente capacitados.
De la investigación surgió que el 41,8% de los hogares utiliza al menos un método violento para disciplinar a los chicos. Desgraciadamente, resolver de fondo estos problemas es imposible. Solo se puede pensar en optimizar la orientación de los recursos públicos asignados a estas realidades y, en esa dirección, la citada investigación resulta sumamente valiosa.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/violencia-infantil-modelo-predictivo-nid20072025/