Mario Sznajder: “El diablo está en los detalles, y cualquiera de esos detalles puede hacer estallar toda esta historia”
TEL AVIV.- Mario Sznajder, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, comparte ...
TEL AVIV.- Mario Sznajder, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, comparte el entusiasmo que domina hoy a la mayoría de los israelíes ante el dramático giro de los últimos días, con el anuncio del cese del fuego y el inminente regreso de los rehenes. Sin embargo, en una entrevista con LA NACION, advirtió que, más allá de las grandes expectativas de un Medio Oriente distinto, finalmente estable y en paz, “el diablo está en los detalles, y cualquiera de esos detalles puede hacer estallar toda esta historia”.
-¿Es un momento histórico o nos vamos a decepcionar?
-Que esto sea un momento histórico va a depender de la habilidad de los políticos para que logren hacer avanzar los acuerdos. Porque sí, indudablemente se ha producido un quiebre positivo en el sentido de que se ha llegado a un acuerdo entre Israel y Hamas con muchísimo apoyo de Qatar, Egipto y especialmente Turquía y con apoyo y presiones de Estados Unidos sobre todas las partes, especialmente sobre la parte israelí. Se ha llegado a un acuerdo que hasta ahora Israel había eludido: si mirás los puntos de este acuerdo y los puntos que se propusieron en septiembre de 2024, hace un año, son casi idénticos. Es decir, se podría haber alcanzado el mismo acuerdo hace un año, pero entonces quien no lo aceptó, porque buscaba una victoria total, fue (el primer ministro Benjamin) Netanyahu.
-Vemos ahora que el gran triunfo es de Trump, pero Netanyahu está tratando de atribuirse la victoria...
-Absolutamente. Parece que Netanyahu hubiera hecho toda esta maniobra y hubiera logrado sus objetivos de conseguir la liberación de los rehenes y de conseguir una victoria total entre comillas para que desaparezca el grupo terrorista Hamas. Sin embargo, el trabajo duro lo hicieron los países mencionados y, especialmente, Estados Unidos frente a Israel. A mí me parece un poco presuntuoso por parte de Netanyahu adjudicarse algo que realmente fue manejado con muchas presiones sobre él mismo por los americanos.
-¿Cómo ve la situación ahora? Hay mucho entusiasmo por el inminente retorno de los rehenes…
-Sí, todo esto en teoría suena muy bien, suena fantástico, terminar los conflictos de Medio Oriente, una maravilla. Y Trump ha dicho que eventualmente Irán puede agregarse a los acuerdos de Abraham, que ahora estarían siendo ampliados a todo el Medio Oriente… Todo esto suena fantástico. El problema es que el diablo está en los detalles: los 20 puntos del plan de paz de Trump son muy difíciles de realizar desde el punto de vista práctico. Por ejemplo, a mí me encantaría que alguien me diga cómo se hace para desarmar a Hamas.
-De hecho, ya están diciendo que le van a dar las armas solo a una fuerza palestina…
-Sí, pero están diciendo algo más complicado, hablan de “congelar el armamento”. Es la primera vez que escucho este tipo de términos… Porque Hamas no quiere entregar las armas, ni a Israel y tampoco a Estados Unidos. Entonces ya han lanzado al aire un balón de ensayo que dice que van a entregar todas las armas semi-pesadas que tienen, o sea, las ametralladoras, los misiles...
-Pero no los kalashnikov, ¿no?...
-Exacto, pero no los kalashnikov, que cada uno va a conservar como su arma personal para defenderse. Bueno, si se quedan con los kalashnikov, olvídate, para Israel es inaceptable porque la masacre del 7 de octubre del 23 la hicieron en un 90% con kalashnikov. El resto, sí, ametralladoras, rocket-propelled grenades (RPG) también hubo, pero mataron a la gente con kalashnikov. Entonces, esto es solo para decirte que el diablo está en los detalles y este es uno.
-En los 20 puntos tampoco está la cuestión de Cisjordania y de las colonias ilegales…
-Eso también es otro punto. A mí me gustaría mucho entender, por ejemplo, si el cese del fuego incluye a Hamas de Cisjordania o no. Porque como había guerra en Gaza, no se notaba lo que sucedía en paralelo en Cisjordania, que es muy grave. No solo hubo más de 1000 muertos, ha habido terrorismo, por supuesto, de Hamas y de la Jihad Islámica, intentos de atentados en Israel… Pero ha habido también represalias de los colonos, que han quemado casas, autos, arrancado árboles de olivo, quemado campos… Ha sucedido de todo acá. Yo como cientista político diría que no puede haber un acuerdo que no comprehenda Cisjordania porque hay un gravísimo problema con la derecha nacionalista religiosa mesiánica israelí.
-Que quiere anexar Cisjordania…
-Ellos no quieren que haya ningún tipo de retroceso con respecto al estatus de Cisjordania y no quieren oír mencionar a un Estado palestino. Para ellos no existe. Entonces, ¿quién va a terminar gobernando Gaza? Más allá de este equipo de expertos que junto con Tony Blair tendrían que establecer como una suerte de administración para que luego se pueda realizar una solución política con elecciones democráticas, sin corrupción, etc., quién podría, sino la Autoridad Palestina... Insisto, el diablo está en los detalles…
-¿Teme un fracaso entonces del plan de paz de Trump?
-Más allá de la euforia actual, de lo que vamos a ver mañana o el lunes cuando liberen a los rehenes y de los festejos en torno a la figura de Trump, que realmente se merece el agradecimiento de la masa israelí, hay que esperar y ver más allá. Trump, en un cierto sentido, con el tipo de gobierno que tenemos ahora, salvó a Israel de sí mismo. Pero la verdadera agenda de Trump es hacer avanzar el interés de Estados Unidos, a quien le interesa un Medio Oriente tranquilo con precios de petróleo estables mientras no se logre cambiar el sistema energético mundial a otro menos dependiente del petróleo. A Estados Unidos no le interesa desplegar fuerzas en todo el mundo con costos increíbles y peligrosos.
-Usted decía que este acuerdo podría haberse dado hace uno año, pero Netanyahu prefirió seguir con la solución militar y hay mucha rabia contra él… ¿Podrá sobrevivir políticamente?
-No soy profeta, nadie sabe qué va a pasar. Pero lo que sí sabemos nosotros es que una parte del público israelí sostiene que Netanyahu prolongó la guerra por los problemas políticos personales que él tiene, con los juicios, etc. Pero, usando la presunción de que él fue el artífice del acuerdo o que tuvo mucho que ver con el acuerdo o que hizo exactamente lo que Trump le dijo por iniciativa de él y no por presión, o sea, pintando un cuadro rosado desde el punto de vista de Netanyahu, si logra adjudicarse frente a la gran masa israelí esta victoria de traer de vuelta a los rehenes y haber cesado la guerra en la Franja de Gaza, podría maniobrar políticamente: hacer un llamado rápido a elecciones, y si no quema sus cartas en estos tres meses que tienen que pasar hasta la elección, podría lograr un gran triunfo electoral. Algo que sería una mala noticia para quienes tememos que Israel se vuelva una autocracia…
-Cambiando de tema, nadie parece acordarse acá de los 67.000 muertos palestinos y la devastación de Gaza que han generado indignación, acusaciones de genocidio y manifestaciones masivas en el mundo por una respuesta desproporcionada de Israel…
-Habría que hacer una reflexión seria y larga. Es claro que hubo crímenes de guerra, pero el uso del término genocidio no es correcto, es una victoria de la propaganda, especialmente de Hamas, pero palestina en general, en una lucha para deslegitimizar a Israel. Y el modelo es muy claro: usando la palabra genocidio, se compara con la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, que realizó el genocidio judío llamado Holocausto. Pero lo que sucedió en la Franja de Gaza no tiene nada que ver con el Holocausto. Así como el Holocausto deslegitimó a la Alemania nazi, y la Alemania nazi dejó de existir, teóricamente, el genocidio de Palestina, estos 67.000, o quizás más, que han muerto allá, tendría que deslegitimar la existencia del Estado de Israel, y el Estado de Israel tendría que desaparecer. Ese es uno de los objetivos políticos de Hamas, que en estos dos años jamás defendió a su gente, a sus mujeres, a sus niños, a los civiles, que utilizó como escudos humanos. El grito de guerra de Hamas, en árabe, es “degollemos a los judíos”, eso sí que es genocida…
-¿Usted es optimista o escéptico?
-Como decía el famoso escritor árabe-israelí Emile Habibi, soy “pesoptimista”, es decir, pesimista y optimista al mismo tiempo. En este conflicto hay que ser pesimista a corto plazo porque puede suceder cualquier cosa y hay que ser optimista a largo plazo. Y en este sentido me gustaría creer que el plan de Trump o cualquier plan de paz va a tener éxito. Reitero, mucho me temo que el diablo está en los detalles y que cualquiera de estos detalles puede hacer estallar toda esta historia… Pero lo que es claro es que esta es una tragedia doble. Y que el gran problema en Medio Oriente, más allá de quién tiene razón y de las ideologías, es que lo urgente es ver cómo desenredar todo esto y cómo bajar el nivel de odio hacia Israel que hay en Gaza y hacia Hamas que hay en Israel. Y que Medio Oriente se vuelva algo vivible. La gente está sufriendo al divino botón… Y demonizando al uno al otro, no llegamos a ningún lado.