¿Somos lo que vemos? Entonces repasemos la cartelera cinematográfica de este invierno. Un nuevo Superman (su tercera encarnación en 19 años), otra vez Los 4 Fantásticos (tercer relanzamiento en 20 años), otra versión de La pistola desnuda y el enésimo Parque Jurásico. Como en aquella peli llamada El día de la marmota, revisamos la lista de estrenos y nos encontramos en un loop de viejas historias que regresan.

“Como espectadores estamos cada vez más infantilizados” explica para El País el crítico español Vicente Monroy. El espectador promedio se ha vuelto un niño que quiere que le cuenten una y otra vez la misma historia. “Esta regresión ha hecho que la curiosidad se sustituya por la necesidad de reconfirmar una identidad emocional ya establecida”, agrega.

En tiempos de incertidumbre como estos en los que vivimos, preferimos la misma película, repetida una y otra vez, como aquellos clásicos del cable de domingo a la tarde. Pero –como también somos un poco adultos– queremos que esos viejos relatos parezcan nuevos. ß

Algo más...

En España hay un sujeto que vio Dune II trescientas once veces en un año. En ese mismo lapso de tiempo, una mujer en Chile vio Orgullo y prejuicio 278 veces. Se lo ha empezado a llamar comfort movies o cine reparador. Películas para habitar un espacio hospitalario en un mundo que nos hace bullying.ß

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/otra-vez-la-misma-pelicula-nid02082025/